El Blog del GSI: Conectando datos, generando Impacto

¿Y si antes de hablar de IA, Datos y Tecnología, filosofamos un rato?

Escrito por Felipe Soto | Feb 8, 2025 9:52:53 PM

Al iniciar mi trayectoria en el mundo de los datos y la gestión de proyectos tecnológicos, me encontré, como muchos, inmerso en un torrente constante de información y una incesante ambición por adquirir conocimiento. La velocidad vertiginosa con la que emergen nuevas herramientas y metodologías en esta disciplina puede, sin previo aviso, llevarnos a un estado de saturación y ansiedad.

En nuestra búsqueda por mantenernos al día y ser competentes, corremos el riesgo de perdernos en la vastedad de opciones y actualizaciones, olvidando la esencia de por qué y para qué utilizamos estas tecnologías. Es en este punto donde la reflexión filosófica se vuelve no solo útil, sino esencial.

Antes de profundizar en los temas de Inteligencia Artificial, Tecnología, Datos y Sostenibilidad, propongo que nos detengamos un momento para filosofar. Al hacerlo, podemos encontrar una brújula que nos guíe a través de la complejidad, ayudándonos a discernir lo verdaderamente valioso y a construir un enfoque más equilibrado y consciente en nuestra práctica profesional.

Sostenibilidad, decrecimiento y Tecnología Consciente: Un proceso en evolución

Aunque no soy un experto en sostenibilidad, estoy convencido que ésta se ha convertido en muchos contextos en una mala una tendencia, al igual que los datos, y también como lo fueron en su momento el empowerment, el liderazgo, la inteligencia emocional o las power skills. Desafortunadamente, estos conceptos suelen ser manoseados hasta el punto de perder su verdadero significado.

Pero la sostenibilidad, en su esencia más profunda, no es una moda ni un buzzword. Es una característica intrínseca del ser humano, que en algunos se manifiesta de manera intermitente, en otros de forma constante y en otros yace oculta, esperando despertar. Es esa chispa que, una vez activada, da a la sostenibilidad su verdadero sentido y dirección.Más allá de implementar políticas corporativas o modelos económicos, la verdadera sostenibilidad requiere una transformación en nuestra forma de ser, pensar, decir y actuar, reconociendo la interdependencia de todos los sistemas que conforman nuestro planeta.

Algunos sostienen que el desarrollo no consiste únicamente en un crecimiento constante, sino que, en ciertos momentos, implica reducir y decrecer, tal como ocurre en los ciclos naturales de la vida.

Esta perspectiva se alinea con la corriente del decrecimiento sostenible, que propone una transición hacia una economía más pequeña, con menos producción y consumo, enfocándose en la reducción de la escala económica para evitar el colapso social y ecológico.

Al igual que en la naturaleza, donde los ciclos de crecimiento y decrecimiento son esenciales para el equilibrio, nuestras sociedades también deben aprender a decrecer de manera sostenible para garantizar la resiliencia de las comunidades y la regeneración de los ecosistemas.

Pero esta lógica no solo aplica al crecimiento económico; también es aplicable al desarrollo y uso de la tecnología. En la actualidad, la innovación tecnológica ha seguido una mentalidad de crecimiento sin límites, con lanzamientos constantes de nuevos dispositivos, software y servicios que no siempre responden a necesidades reales, sino a la presión del mercado y al consumo acelerado.

El resultado es un ecosistema digital saturado, una cultura de la obsolescencia programada y una dependencia tecnológica que muchas veces nos aleja de la esencia de la tecnología como herramienta para el bien común. Si bien el desarrollo tecnológico tiene el potencial de mejorar la vida humana, no todo avance tecnológico implica un progreso real.

Es por ello que, debemos repensar nuestra relación con la tecnología. ¿Realmente necesitamos más aplicaciones, más dispositivos, más automatización en cada aspecto de la vida? ¿O necesitamos una tecnología más consciente, ética y alineada con el bienestar humano y planetario?

Como alguien enfocado fuertemente en la eficiencia y la optimización de sistemas, estoy convencido que el uso responsable de la tecnología implica desarrollar y adoptar innovaciones que prioricen la calidad sobre la cantidad, que reduzcan el impacto ambiental y que fomenten un uso más reflexivo en lugar de un consumo desmedido. Esto significa:

✅ Diseñar tecnología con un propósito claro, en lugar de crear soluciones para problemas inexistentes solo por la presión del mercado.
✅ Fomentar la longevidad de los dispositivos y software, promoviendo la reparabilidad, el código abierto y modelos de negocio basados en la eficiencia, no en la obsolescencia.
✅ Priorizar el impacto social y ambiental en el desarrollo de inteligencia artificial y datos, asegurando que la tecnología no reproduzca desigualdades ni explote recursos naturales de manera insostenible.
✅ Adoptar hábitos tecnológicos más conscientes, donde el uso de herramientas digitales esté alineado con el bienestar humano en lugar de generar dependencia, ansiedad o desconexión con el mundo real.

Por ello, es fundamental construir una base ética robusta. En este contexto, volver a las enseñanzas de los antiguos puede ser un ejercicio sumamente valioso. Por ejemplo, al incorporar los principios del Hermetismo, Panteísmo, Estoicismo y Epicureísmo, podemos guiar el desarrollo tecnológico hacia un futuro que respete la interconexión de todas las cosas, honre la naturaleza, actúe con virtud y valore lo esencial.

Principios Filosóficos para una Tecnología Consciente

Hermetismo: La Unidad del Todo

El Hermetismo nos enseña que "El Todo es mente", sugiriendo una conexión intrínseca entre todas las cosas. Este principio nos invita a reconocer la interdependencia entre la tecnología, la naturaleza y la humanidad. Al desarrollar inteligencia artificial y manejar grandes volúmenes de datos, debemos recordar que nuestras creaciones no existen en un vacío; afectan y son afectadas por el entorno global. Esta perspectiva nos insta a diseñar tecnologías que armonicen con el mundo natural, promoviendo una coexistencia equilibrada y sostenible.

Panteísmo: Lo Divino en la Naturaleza

El Panteísmo sostiene que lo divino permea toda la naturaleza. Aplicado a nuestro contexto, esto implica que cada avance tecnológico debe respetar y honrar el mundo natural. La sostenibilidad no debe ser una consideración secundaria, sino un principio rector. Al integrar esta visión, reconocemos que la tecnología debe servir para proteger y realzar la belleza y vitalidad de nuestro planeta, en lugar de explotarlo. Esto nos lleva a desarrollar soluciones tecnológicas que apoyen la regeneración de los ecosistemas y promuevan prácticas sostenibles.

Estoicismo: Virtud y Razón en la Acción

Los estoicos nos enseñan a vivir de acuerdo con la razón y la virtud, aceptando lo que no podemos cambiar y actuando sabiamente en lo que sí podemos. En el ámbito de la inteligencia artificial y el manejo de datos, esto se traduce en una ética de responsabilidad. Debemos desarrollar y utilizar estas herramientas con integridad, asegurando que sirvan al bien común y respeten la dignidad humana. La transparencia, la equidad y la justicia deben ser pilares fundamentales en la implementación de estas tecnologías, garantizando que contribuyan a una sociedad más sostenible y justa.

Epicureísmo: Búsqueda de Placeres Simples y Necesarios

El Epicureísmo nos recuerda la importancia de los placeres simples y la reducción del sufrimiento. En un mundo impulsado por la innovación constante, es fácil perder de vista lo esencial. Debemos preguntarnos si nuestras creaciones tecnológicas realmente mejoran la calidad de vida o simplemente añaden complejidad innecesaria. La verdadera sostenibilidad implica centrarse en lo que aporta valor genuino a la experiencia humana y al bienestar del planeta, promoviendo un uso consciente y moderado de los recursos.

Conclusión: Hacia una Tecnología con Conciencia

La sostenibilidad no se trata solo de aplicar estrategias ecológicas o desarrollar nuevas políticas corporativas, sino de una transformación profunda en nuestra forma de pensar y actuar. A veces, la verdadera innovación no está en crecer sin límites, sino en saber decrecer de manera responsable y consciente o ser simplemente esencialistas. Solo así aseguraremos que el progreso técnico esté verdaderamente alineado con el bienestar humano y la salud del planeta, promoviendo una sostenibilidad integral en todas nuestras acciones.