Iniciar la implementación de un Customer Relationship Management (CRM) en una ONG es un paso estratégico que abre las puertas a la mejora y el fortalecimiento de las relaciones con los diversos stakeholders que respaldan la misión de la organización.
En esta travesía hacia la optimización, es normal sentir ansiedad por la incertidumbre de decisiones rápidas. El miedo a errores y a que el software no se adapte puede generar inquietudes. Sin embargo, estos momentos ofrecen la oportunidad de adquirir conocimientos y tomar decisiones informadas hacia el éxito.
En este artículo comparto mis aprendizajes al elegir un CRM, desde manejar la ansiedad inicial hasta adoptar un enfoque estratégico, explorando alternativas y aspectos financieros. Cada etapa ofrece lecciones valiosas para otras organizaciones que buscan optimizar sus operaciones e impacto.
Finalmente, para asegurar el éxito del proyecto y cumplir los objetivos, es crucial definir detalladamente el modelo de datos antes de elegir las herramientas tecnológicas. Esto implica entender las necesidades de la organización, los tipos de datos, su integración con sistemas existentes y su uso para mejorar operaciones y comunicación. Un enfoque reflexivo y abierto, con participación de varios departamentos, facilita decisiones informadas. Este análisis preliminar evita problemas futuros, optimiza recursos y asegura que el CRM potencie la capacidad de la ONG para cumplir su misión e impacto social.